octubre 13, 2016

CAMINO DE LA MONTAÑA

Había una vez un hermoso tigre de bengala, el cual caminaba cansado y agobiado, se sentía triste y solo. Era un tigre grande y fuerte. Sin embargo, su tristeza se debía a que su manada se había dispersado. Unos habían muerto por causa de unos cazadores y otros simplemente se habían ido y abandonaron la manada.
         Nobleza, como se llamaba el tigre sentía muchas dudas en su corazón, había cosas que no comprendía y  eso agitaba su espíritu.
Un día en medio de esta confusión que sentía decidió emprender el camino a la gran montaña, había escuchado que ahí habitaba una vieja tigra, la cual poseía una gran sabiduría.
Foto:nombreweb



         Se fue solo y veía que el camino era largo, comprendió que no podía solo; y cansado por tanto caminar se detuvo a tomar agua. Estando en el arroyo se encontró a un ciervo con el cual empezó a conversar.  Después de un largo rato de descanso y de hablar sobre trivialidades, el ciervo le pregunto:
- ¿A dónde vas?-
A la gran montaña, contestó Nobleza.
¿Y para que vas allá? pregunto el ciervo.
Nobleza, se quedo un momento en silencio y dijo: Necesito curar mis heridas. No comprendo. Mis seres queridos se han muerto o se han ido, necesito empezar de nuevo, aún habemos varios del grupo que queremos ir a otra comarca y establecernos ahí, pero me siento confuso y no sé como estar y ayudar a los que hemos quedado. Necesito apaciguar mis preguntas y dejar que mi espíritu fluya y corra libremente, y así poder correr al ritmo del viento.
-¡vaya!- dijo el ciervo, pues pequeña cosa quieres hacer. No es fácil, pues con quien te vas a encontrar primero será contigo mismo;  y dialogar, aceptar y amar nuestras propias dudas y flaquezas es lo más difícil y lo que más nos cuesta.
- Lo sé- dijo Nobleza, pero también sé que el espíritu de los que me aman y de todos mis antepasados me dan la fuerza para seguir y confiar.
-¡Oye!- dijo el ciervo: -¿quieres que te acompañe?-
- ¡Me encantaría! dijo, el tigre.
-¡¡¡Pues en camino, vamos!!! Dijo el ciervo muy contento.
Y el gran tigre y el ciervo se fueron con el corazón lleno de esperanza, pues aunque el ciervo no dijo nada, también deseaba un verdadero encuentro con su ser y con ese otro más grande para poder ayudar a su comunidad, la cual también estaba siendo afectada con todo lo nuevo que traían los cazadores y el progreso.




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