mayo 20, 2016

Compartiendo con el Corazón

Foto: nombreweb.com
¿Cómo está tu corazón? ¿Estás aquí? ¿Qué me llevo?, son algunas de las preguntas fundamentales que marcaron la experiencia de estos días.

Dentro de las ceremonias mayas, las antes mencionadas son preguntas muy importantes al iniciar y al terminar un encuentro. Recuerdo que tanto en el encuentro por la Verdad y la Justicia en Acteal, como en el Congreso de Psicología Social de la Liberación, respondía al inicio: me siento agradecida por la oportunidad de estar aquí y por todas las personas que lo hicieron posible, al finalizar añadía a mi agradecimiento, alegría y algo muy difícil de explicar que simplemente vivía y decía: me voy con mi corazón lleno y contento, pues ha sido como bañarme en aguas frescas.


De tal forma que retomando las palabras del Magnificat digo: Proclama mi corazón la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador y mi Padre bueno que me acompaña en mí caminar. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Y ¡vaya! que hace proezas y derriba a los poderos, pues era una maravilla compartir y contemplar a tantas personas que hacen tanto bien, aun en medio de tanta maldad y destrucción, pues muchas de las ponencias tenían el denominar común de la impunidad, la violencia, la corrupción, el individualismo que existe, la persecución y muchas otras cosas que caracterizan a nuestros países. Sin embargo, también veíamos que los humildes son enaltecidos, pues todo/as éramos personas que creemos en que otro mundo es posible, por tanto todos nuestros esfuerzos y opciones están a favor de los más necesitados y sólo desde ellos, se encuentra sentido a lo que hacemos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. También, esta frase la puedo comparar pues, éramos muchísimas personas, hombres y mujeres, jóvenes y mayores de distintos países y credos, los que hacen posible el Reino de Dios. Para mí era, una experiencia que me dejaba sin palabras, pues no sólo ver los rostros, sino compartir tus sueños, anhelos y esperanzas era gratificante porque todos estamos en sintonía con nuestro corazón para ser precisamente el corazón de Dios en la tierra. Todo/as podíamos llamar a Dios de distinta forma, pero al final es esta experiencia de encuentro con el resucitado el que nos animaba a todo/as.

No sólo fue el tiempo de compartir y escuchar ponencias sobre: los mecanismos de terror utilizados en nuestros días, acompañamiento a víctimas, educación para la liberación y muchos otros temas. Sino una experiencia mucha más profunda como: estar en lugares sagrados en donde asesinaron a 45 campesinos, masacrados en su tercer día de oración y ayuno, sólo por pedir la paz, pues no querían estar ni con el ejercito zapatista ni con el del Estado. Compartir con y desde el corazón es la experiencia que más nos hace crecer pues te encuentras con el otro/a en su profundidad. De tal forma que ver la mirada serena y profunda de María, cuando reza y cuenta sobre sus familiares caídos, es para crecer en fe y esperanza, pues son estas personas quienes nos enseñan que es la Fe y la Esperanza, virtudes que nos sostienen durante los tiempos difíciles, y más aún son ejemplo para seguir luchando por la justicia y la reivindicación de los derechos de los demás, ya que ello/as están luchando porque se haga justicia en su comunidad, pues no se puede permitir que los paramilitares que asesinaron a sus seres queridos, sigan haciendo lo mismo con otras comunidades, pues no hay derecho que por ser indígena y por pedir la paz, lleguen y te masacren. Y así, podría seguir mencionando a muchas personas como Javier, el P. Pedro, Luz y otras tantas, sin embargo, el papel no me alcanzaría, pero lo importante es que todas y todos ellos están enamorados y apasionados hasta dar su vida por los preferidos de Dios.

Encuentros, internacionales como estos y en donde todos nos preocupamos por buscar nuevos caminos de solidaridad son los que nos llaman hoy a vivir una nueva solidaridad del amor, pues sólo desde ahí podremos responder a los desafíos actuales.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario